Un tercer policía quedó detenido por secuestro extorsivo. El acusado prestaba servicio en la comisaría de San Pablo y fue detenido en su vivienda, según confiaron fuentes de las fuerzas federales que realizaron el operativo.
El viernes 23 de febrero, una mujer denunció que al menos cuatro hombres habían raptado a su hijo de su casa de Silvano Bores al 300. Después se determinaría que habrían ideado un falso operativo para llevarlo a un lugar y exigirle que le entreguen una suma de dinero a cambio de dejarlo en libertad y no abrirle un expediente judicial en su contra.
Según la denuncia que realizó la madre de la víctima, los secuestradores le habían pedido un rescate de $400.000 que debían entregar en la sede de la Jefatura de Zona 3, ubicada en el sur de nuestra capital. La mujer habría reunido unos $240.000 y de allí logró que el joven, un supuesto vendedor de marihuana, quedara libre.
Sin embargo, el plan les salió mal porque efectivos de la seccional 11° descubrieron la maniobra y denunciaron el caso ante las autoridades judiciales. Primero en la Unidad Fiscal de Delitos Complejos, que conduce Mariana Rivadeneira, quien se excusó por tratarse de un delito federal. Sí les ordenó que realizaran la presentación en la Justicia Federal.
El expediente pasó a manos del fiscal Agustín Chit y el sábado mismo reunió las pruebas suficientes para solicitar la detención de dos policías implicados, medidas que fueron concretadas el domingo. Los arrestados, cuyos nombres no pueden ser difundidos hasta que se defina su situación procesal, fueron un oficial principal que cumplía servicios en la Alcaidía de Jefatura de Policías y que había tenido un polémico paso por la seccional 9°. Varios integrantes de la fuerza le dijeron a LA GACETA que fue trasladado a su último destino por cuestiones disciplinarias. El otro es un cabo que presta servicios en esa comisaría, aunque su horario laboral es de 7 a 15, ya que realizaría tareas especiales.
Ayer se confirmó que efectivos de Gendarmería Nacional se presentaron en ambas dependencias policiales. Secuestraron los libros de guardia (para determinar el personal que prestó servicio esa noche), los libros de combate (donde debe estar informada la responsabilidad que tiene cada uno de los efectivos destinados allí) y el libro de novedades (en el que se registra todo lo que sucede en las dependencias). Toda esa documentación ya está siendo analizada por los pesquisas.
Arrestado
El último de los arrestados es un suboficial que prestaba servicio en la comisaría de San Pablo. Al parecer, habría estado de licencia porque recientemente fue operado por una lesión en la cadera. Esa fue la razón por la que se le otorgó el arresto domiciliario. El miércoles fue indagado, pero no trascendieron los detalles de la declaración que brindó.
En cambio, se conocieron algunos de los dichos de los dos primeros detenidos. Dijeron que ese día, junto a otro efectivo y una persona a la que no pudieron identificar, fueron hasta el lugar donde les había indicado el desconocido.
Al llegar a esa vivienda, descubrieron que ese hombre fue a comprar flores de marihuana. Como se produjo una discusión entre comprador y vendedor, decidieron actuar y aprehender a ambos. Luego, los llevaron a las oficinas de la Jefatura de Zona 3.
En esa dependencia, según habrían explicado, buscaron solucionar el problema entre particulares. Por ello solicitaron a la madre que entregara esa suma de dinero al comprador para cerrar el conflicto.
Hasta aquí no habría ningún indicio de que los uniformados hayan actuado cumpliendo su función como efectivos. El oficial estaba de vacaciones; el cabo trabajaba de 7 a 15 de lunes a viernes y el último podría haber estado de licencia médica por el problema de salud que sufrió.
El último sospechoso en caer es hijo de un ex comisario que hasta tuvo una polémica participación en la investigación de la desaparición y posterior crimen de Paulina Lebbos. Es hermano de un efectivo que afrontó un proceso penal por aparecer en un video que se viralizó golpeando a un detenido.
El prófugo
Hay una cuarta persona que por el momento no pudo ser identificada. El cabo arrestado el miércoles habría sido señalado por sus cómplices como otro compañero que participó en el “operativo”.
En un primer momento se sospechó de un oficial que ya no pertenece a la fuerza y que estuvo alojado en el penal de Villa Urquiza por haber integrado una banda de escruchantes. Sin embargo, las imágenes de video con la que cuentan los investigadores no son lo suficientemente claras para determinar si él es el cuarto hombre que estaría involucrado en el caso. Los pesquisas ya comenzaron a analizar los celulares de los sospechosos para buscar más evidencias.